Pensacola y la independencia de los EEUU
Bernardo de Gálvez fue un hombre de su tiempo y, como tal, en su figura confluyen circunstancias e hitos que hoy miramos desde un prisma cuasi-legendario. Sin duda, hablamos de un militar excepcional que dedicó el grueso de sus años de vida a la más férrea defensa de los intereses del Imperio.
En un contexto bélico permanente, su hazaña más recordada es aquella por la cual logró dar la llave de la independencia a los actuales EEUU mediante la entrada en la Bahía de Pensacola. Describimos nuestro homenaje a este episodio a continuación.
El barco
Se trata del bergantín llamado originariamente Galveston, en inglés “Galveztown”. Fue un regalo de los insurrectos norteamericanos a nuestro protagonista. Con este navío el general Bernardo de Gálvez logró entrar en la bahía de Pensacola, Florida, atravesando la Isla de Santa Rosa y el fuerte de Barrancas Coloradas.
Hablamos de una acción cuasi mítica dentro de los hechos más reseñables del contexto bélico adscrito a la Independencia de las 13 colonias norteamericanas. Se trata del momento en el que Gálvez, brillante estratega, desobedeció las órdenes de José Calvo Irazábal, el 18 de marzo de 1781.
Irazábal estaba a cargo de la escuadra que la Armada Española tenía a las puertas de aquella bahía. Se negaba a entrar con los buques por la fuerte angostura de la misma y por no disponer, además, de pilotos o cartas que indicasen la profundidad de aquellas aguas.
El tiempo apremiaba puesto que la operación se estaba llevando a cabo en temporada de huracanes y Gálvez era un gran conocedor de los mismos.
Este factor, sumado al arrojo del General y su inercia rindiendo plaza tras plaza los enclaves más importantes que los ingleses tenían en el bajo vientre del Mississippi; le llevó, finalmente, a actuar por sí mismo.
Así, embarcado en su bergantín, izó la bandera de almirante, disparó hacia los británicos una salva con claro mensaje de desafío y, poniendo proa al interior de la ensenada, logró lo que a todas luces parecía imposible.
Su proeza motivó que el grueso de la escuadra le siguiera y, aunque el buque de Irazábal encalló en un banco de arena, pudo salvarse soltando lastre. De esa manera, navegando pegados a Punta Sigüenza, se continuó la maniobra militar en un teatro de operaciones muy complejo, pudiendo así comenzar la toma de la ciudad por las tropas terrestres.
Poco antes de su acción, envió a Irazábal una bola de cañón junto a una nota que decía lo siguiente: “Esta es una de las balas que reparte el fuerte de la entrada. El que tenga honor y valor que me siga. Yo voy por delante para quitarle el miedo”. A raíz de tan memorable frase y, por ende, actuación, “Yo solo” es el lema que le concedió el Rey Carlos III a Gálvez para colocarlo junto a su escudo de armas.
``Un notable militar y político que dedicó su vida a defender los intereses de su patria, España - a la que sirvió siempre de la mejor forma posible - , pero sin poder separar sus actos de su época y de su tiempo``.
La flor de lis
Flanqueando el barco por el lado izquierdo se puede observar la flor de lis. Aunque se remonta a la alta Edad Media como símbolo netamente heráldico, su uso como elemento decorativo se retrotrae incluso a tiempos previos a la civilización greco-romana.
No obstante, fue en los albores de la Edad Moderna cuando quedó asimilada fuertemente a la dinastía francesa de Borbón.
En España este elemento vino de la mano de Felipe V en 1700. Este monarca, nieto de Luis XIV, recompuso los cuarteles del blasón de España y creó un escusón con tres lises en el centro formalizando su escudo de armas. Su significado: pureza, luz, honor y soberanía.
El león
En el lado derecho del diseño aparece un león en clara referencia a uno de los símbolos clásicos de la heráldica española, aunque ha sido ampliamente usado en Europa desde tiempos primarios. Sus mayores valores asociados son la fuerza y la grandeza.
En el caso de estudio como elemento vexi-cológico ligado al Reino de León (que toma el nombre por el campamento romano de la Legio VII Gemina) cabe decir que, en origen, con Alfonso VII, era un león pasante en color púrpura sobre fondo gris claro, cuasi plateado. Con el tiempo, por problemas meramente de diseño y evolución de las enseñas, el felino pasó a adoptar la forma rampante.
Fue a partir de Fernando III “El Santo”, que unificó en su persona los Reinos de Castilla y de León, cuando el animal quedó asimilado en el blasón castellano con doble cuartel.
Los pendones
Por último, se observa a modo de nutrida ornamentación una serie de pendones alrededor del barco. En este caso conforman un abanico visual que ayuda a compactar el grueso del diseño.
En heráldica, se suelen emplear en estos mismos elementos el escudo de la persona o reino que se representa. Lo normal, es colocarlos enastados sobre un travesaño.
Productos de “Yo solo”
Relacionados con Bernardo de Gálvez y su hazaña militar que, en la defensa de Nueva España contra el embate de lnglaterra dio la llave de la independencia a las 13 colonias que hoy son los actuales EEUU.