Balmis

La primera misión internacional de inmunología.

Real expedición filantrópica de la vacuna.

Este diseño tributa, de una manera expresamente simbólica y especial, la proeza llevada a cabo por Balmis, como cabeza visible de aquella epopeya en la que España logró llevar la vacuna de la viruela a más de medio mundo.

Diseño Balmis Legado Hispánico

Contexto

En los siglos XVIII y XIX, una de las enfermedades que asolaba a medio mundo era la viruela, un virus infeccioso cuyo principio venía dado por bruscos cuadros febriles que daban paso al desarrollo de una feroz erupción cutánea, primero de llagas y después de pústulas, que dejaba una notoria huella física en las personas que superaban el patógeno, puesto que, en aquel tiempo, la tasa de mortalidad sobrepasaba el 40%.

En 1796, el investigador británico Edward Jenner inició los ensayos para lograr la inmunología. Lo hizo observando cómo en las mujeres que ordeñaban el ganado vacuno no progresaba la enfermedad. Para comprobar de una manera empírica y certera este hecho, Jenner cogió a una trabajadora infectada, Sarah Nelmes y extrajo de una pústula benigna de su mano una muestra de la cepa vacuna (de ahí el nombre del preparado de antígenos) y, tras inocular, el patógeno a James Phipps, un niño de ocho de años, confirmó lo que pensaba: con una cepa del virus debilitada podría alcanzarse la inmunidad.

Balmis y la vacuna contra la viruela

En España, cinco años más tarde, el médico militar y personal del Rey Carlos IV,  Francisco Javier Balmis, patrocinado por el propio monarca y haciéndose acompañar del, también médico, Josep Salvany e Isabel Zendal, rectora y enfermera, puso rumbo a los Virreinatos americanos y posesiones asiáticas del Imperio Español para crear así la primera campaña de vacunación internacional habida en el mundo y conocida oficialmente como la Real y Filantrópica Expedición de la vacuna.

``Este viaje permanecerá como el más memorable en los anales de la historia.

Alexander von Humboldt

El viaje de  Balmis

Para hacer llegar la vacuna al otro lado del mundo en un viaje de setenta días y en el que las temperaturas elevadas de determinadas geografías ultramarinas no afectaran a su conservación, el plan pasó por inocular el patógeno a 22 niños expósitos que residían en hospicios y orfanatos de Santiago y Madrid, quedando a cargo de Isabel Zendal.

El séquito médico-científico (tres cirujanos y dos practicantes además de personal auxiliar) partió de La Coruña en la corbeta María Pita tocando, más de dos meses después, Santo Domingo como primer puerto americano. Poco después, en Caracas, se dividió la expedición encargándose Salvany del reparto continental, una ruta interna de 18000 km con enorme complejidad mientras Balmis se dirigía a La Habana y, seguidamente, México.

Isabel Zendal y corbeta María Pita

Todos los delegados de Balmis tenían una formación extraordinaria en sus respectivos cometidos y, además, este último y, con gran visión estratega, ya había previsto crear en tierra firme una red sanitaria estableciendo una serie de juntas de vacunación para involucrar de manera directa al alto funcionariado de cada región.

Desgranando el diseño: los componentes

El elemento nuclear del diseño es la nave Maria Pita, la corbeta que fue designada para cambiar el rumbo de la Historia. La representamos enfilando bauprés a occidente, o lo que es igual, a los dominios americanos de la Monarquía Hispánica. La nave, de doscientas toneladas, era mercante y pertenecía al armador Manuel Díaz Tabanares y Sobrino.

Cabe destacar que, a bordo del buque también viajaron a ultramar quinientos ejemplares traducidos por Balmis del Tratado histórico y práctico de la vacuna, original del médico francés Moreau de la Sarthe.

Balmis y la vacuna contra la viruela

Este conjunto de elementos se cierra con un vistoso encintado adornado por una concha de abanico, o vieira. Una pieza de significación muy marinera asociada a la buena fortuna.

Los querubines que se sitúan tanto a proa como a popa, confiando el rumbo de la corbeta, son la alegoría de los veintidós niños portadores del milagro. Ellos eran: Vicente Ferrer, Pascual Aniceto, Martín, Juan Francisco, Tomás Metitón, Juan Antonio, Jorge Nicolás de los Dolores, Antonio Veredia, Francisco Antonio, Clemente, Manuel María, Jose Manuel María, Domingo Naya, Andrés Naya, José, Vicente María Sale y Bellido, Cándido, Francisco Florencio, Gerónimo María, Jacinto y Benito Vélez.

Flanqueando ambos lados del barco y en sentido vertical superior pueden verse los perfiles continentales de las costas americanas y asiáticas. Y es que la Expedición, ni mucho menos se detuvo en la primera de las geografías mencionadas sino que, al cabo de un tiempo, Balmis, nuevamente con Zendal y, esta vez con veintiséis nuevos niños, partió hacia Filipinas, Macao y Cantón cruzando el vasto Pacífico habiendo levado anclas desde México.

Para terminar hemos situado en los vértices de los contornos geográficos dos cabezas de ángeles como anunciantes de la prosperidad, soplando buenos vientos cargados, en este caso con el antiviral que salvará las vidas de millones de personas.

 

El diseño de esta camiseta está dedicado a don Javier Santamarta del Pozo.

Libros sobre Balmis

Recomendaciones sobre la Real Expedición Filantrópica de Balmis.